La planificación de una central de transferencia en la parroquia Narancay, al sur de Cuenca, ha desatado críticas y descontento entre los residentes y los comerciantes locales. Los vendedores, en particular, expresan su preocupación por ser trasladados a un lugar que no cumple con las condiciones adecuadas para la venta de alimentos y productos.
Los moradores de Narancay también han manifestado su oposición a la construcción de esta central de transferencia, argumentando que podría afectar negativamente el entorno y la calidad de vida en la zona.
El debate se intensifica a medida que se discuten las alternativas y las posibles soluciones para abordar las preocupaciones de la comunidad y los comerciantes afectados.