Germán Cáceres y Alfonso Camacho, a juicio por femicidio, en casi Bernal

El juez de la Unidad de Violencia Contra la Mujer, Edwin Gallo, llamó a juicio a Germán Cáceres y al teniente Alfonso Camacho por el presunto femicidio de María Belén Bernal. Este hecho ocurrió el pasado 11 de septiembre en la Escuela Superior de Policía General Alberto Enríquez Gallo, en Quito.

El llamamiento a juicio se basó en más de un centenar de pruebas presentados por la Fiscalía.

Según el Ministerio Público, Cáceres fue llamado a juicio como "autor directo", mientras que Camacho como "autor directo por omisión", al no haber actuado, cuando pudo y debió hacerlo, para evitar el crimen.

La fiscal de Derechos Humanos María Isabel Jiménez, a cargo del caso, ya había detallado en una audiencia anterior el anuncio de la prueba, que fue valorada por el tribunal para convocar a juicio a los procesados, agregó la fuente.

En dicha fundamentación, la funcionaria argumentó que el femicidio de Bernal se dio por una "asfixia mecánica por estrangulación", como resultado de las relaciones de poder que, sobre ella, mantenía su marido.

Tras el crimen violento, Cáceres expuso una primera versión ante la Fiscalía y luego huyó del país, por lo que se convirtió en el principal sospechoso de un caso que inició como "desaparición involuntaria" y que luego derivó en femicidio, añadió la Fiscalía en su escrito.

Recordó, además, que el exagente fue vinculado a la instrucción fiscal el pasado 23 de septiembre y que el 3 de enero fue localizado en la población de Palomino, en el norte de Colombia, desde donde fue trasladado a Ecuador para ser recluido en una cárcel.

La Fiscalía insistió en que la vinculación de Camacho se sustenta en el hecho de que no impidió el crimen, "teniendo la obligación de hacerlo", tras haber escuchado los gritos de auxilio de la víctima, hecho que pudo ser constatado con un peritaje de acústica en el sitio donde ocurrió el femicidio.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 11 de septiembre de 2022 cuando Bernal fue a visitar a Cáceres en la Escuela Superior de Policía, al norte de la capital, donde este la mató presuntamente en su habitación y después se deshizo del cadáver que fue hallado diez días más tarde en un cerro cercano al lugar.

El caso ha generado una gran conmoción e indignación social y la madre de la víctima, Elizabeth Otavalo, incluso lo ha calificado como un "crimen de Estado" al haberse perpetrado en una institución policial encargada de brindar protección a los ciudadanos.