Aseguran que la minería se concentraría en 0,4 % de la reserva del Chocó Andino

La Cámara de Minería de Ecuador, que apoya el "No" en el plebiscito del próximo domingo para impedir la minería en la reserva de la biósfera del Chocó Andino, aseveró este martes que la actividad minera se concentraría solo en un 0,4 % de las 287.000 hectáreas del área protegida, si "por un milagro", se llegasen a explotar las 20 concesiones, entre otorgadas y en proceso de adjudicación.

Esta consulta, impulsada por el colectivo ecologista Quito Sin Minería, propone vetar las actividades mineras en las 124.000 hectáreas que abarca la Mancomunidad del Chocó Andino, formada por las localidades rurales Calacalí, Gualea, Nanegal, Nanegalito, Nono y Pacto, pertenecientes a la capital, Quito.

Actualmente en la zona hay doce concesiones en fase de exploración y en trámite de concesión existen otras ocho más, que pueden abarcar en conjunto unas 27.000 hectáreas, en zonas donde los impulsores del plebiscito quieren preservar los bosques andinos, impulsar el turismo, las actividades sostenibles y el patrimonio arqueológico.

Carolina Orozco, presidenta del directorio de la Cámara de Minería, recordó en una rueda de prensa que la fase de exploración puede durar entre diez y doce años en Ecuador.

En la primera etapa de la fase de exploración -dijo- los geólogos caminan por la zona, toman rocas para analizarlas, hacen estudios con drones, "nada invasivo sobre la superficie, menos aún en el subsuelo".

Una segunda etapa, a la que pasan "pocas", incluye perforaciones con maquinaria que, "según la legislación ecuatoriana tiene que ser transportable en mochilas", y hacen agujeros de unos seis centímetros de diámetro.

"Digamos que pase un milagro nunca antes visto en el mundo" y que todas se convierten en minas, "el área operativa, lo que se explota no es toda la concesión. El área operativa es menos del 7 %, que quiere decir el 0,4 % de toda la reserva del Chocó Andino", aseguró Orozco.

Y agregó que cuando una entidad internacional, como la Unesco, declara una reserva de biósfera, "no restringe ni prohíbe la minería, (sino que) llama a la conservación y a la coexistencia".

POBLACIÓN POBRE

Orozco instó a los más de dos millones de votantes de Quito a que piensen en la realidad de las personas que viven en el Chocó, donde la principal actividad económica es la preparación de panela, con ingresos que ascienden a unos 180 dólares mensuales.

"Toda la ciudad de Quito, todo el distrito votará en nombre, y dirigirá el futuro, de una minoría que se encuentra, mayoritariamente, en seis parroquias, en aproximadamente 65 centros poblados", con índices de pobreza del 80 al 85 %, dijo.

Ingeniera ambiental de profesión, Orozco aseguró que la población no tiene que elegir entre minería y conservación, sino que se debe aprender "a coexistir y a la redistribución correcta de los beneficios que la minería puede traer".

Tras advertir de los problemas que acarrea la minería ilegal y aseverar que la minería legal y responsable con el medioambiente dejaría inversión, empleo y otros beneficios a la zona del Chocó, avanzó que votará "No" en el plebiscito porque está "a favor de la gente de la mancomunidad del Chocó, y a favor del medio ambiente".

LLEGAR A ACUERDOS

"Ya basta de dividirnos a las organizaciones, ya basta con temas ideológicos en territorio, aquí estamos los pueblos y nacionalidades, que no nos engañen", dijo Luis Zimbaña, presidente de la Federación Intercultural de Pueblos y nacionalidades del Ecuador, Amaru.

Pidió a la ciudadanía que vote "No" en la consulta, que se desarrollará a la par de las elecciones generales extraordinarias y formuló un llamamiento a "las empresas mineras, a las empresas ecuatorianas, a que lleguemos a acuerdos juntos con el sector comunitario y la sociedad civil organizada".

Oswaldo García, presidente en funciones de la Sociedad de Ingenieros de Ecuador, apuntó que "nadie está en contra de la conservación, es lógico cuidar el patrimonio natural", "pero conservación no significa prohibir la actividad productiva".